How Aphex Twin Spurned the 90s Dance Mainstream – Documentary – Full Subtitulado.
mayo 19, 2024Camila Estrella, una escritora que ha capturado la esencia y profundidad de CAUDAL, el proyecto solista de la contrabajista y compositora Amanda Irarrázabal.
Camila, apasionada del arte musical y la literatura, nos guía a través de un relato íntimo y poético en el que las canciones de CAUDAL de Amanda Irarrázabal emergen como vivencias tangibles. Desde los primeros acordes de “Insomnio” hasta la desgarradora intensidad de “Bella Insolencia”, la obra recorre paisajes fronterizos y volcanes metafóricos que despiertan el poder de la memoria y la experiencia sensorial. Acompañando cada nota con imágenes y palabras, Camila narra cómo este proyecto logra un equilibrio entre lo místico y lo visceral, elevando el contrabajo a un papel protagonista que sostiene cada composición con su propio lenguaje.
CAUDAL
Mi cabeza es un panal
Han pasado algunos años desde que comenzó CAUDAL, el proyecto solista de Amanda Irarrázabal, y se ha vuelto cada vez más copioso, ha crecido proporcionalmente a la experiencia, se ha vuelto profundo en su cauce y es difícil que pueda llegar a secarse, ya no va a desaparecer porque es imposible evaporarlo de la memoria.
La concentración y el tiempo destinado a que las canciones emerjan nunca serán cuantificables. Los intentos pueden ser muchos, hasta que se van anclando en la memoria y logran continuidad. Recuerdo haber escuchado esos intentos, poco a poco algo se modelaba, con paciencia y constancia, hasta que emergió una de las canciones, naciendo así, con la suficiente fuerza para que no la absorbieran otras melodías. Una canción nueva que nace, cambia en algo al mundo, aunque parezca imperceptible.
Corría al año 2018 y Amanda comenzó a darle vueltas a la idea de concretar un proyecto solista con sus composiciones y con sus textos, que esta vez cantaría. Entre Buenos Aires, Santiago y Ciudad de México ella formó los vértices de un triángulo geográfico, donde aparecieron ideas y sonidos que crecieron con algo de las esencias de cada uno de esos puntos del mapa latinoamericano, ningún lugar resta al otro, simplemente el espectro se amplía y los lugares siguen estando en quienes los vivenciaron. Los lugares no se van de los cuerpos ni de la memoria.
Se abrió así el caudal de Amanda, un caudal con diversos torrentes, afluentes y desembocaduras. Las palabras corren por él para terminar convirtiéndose en otra de sus sustancias. Los textos siempre han existido y, en algún momento dado, se vuelven canción junto al contrabajo que guía y sostiene como una viga estructural todas estas construcciones.
Recuerdo haber escuchado las primeras notas de Insomnio –Mis cuerdas vocales se oxidaron- mientras Amanda ensayaba día a día en la habitación detrás de la cocina, con vista a un Jacarandá. Al otro lado del departamento, yo había encontrado también mi laboratorio y me proponía escribir sin trazar límites. Mientras, escuchaba como iban naciendo las canciones de Caudal, esbozando líneas en el tiempo. He sido testigo de esas creaciones, sin pretenderlo, se me dio ese privilegio. Luego, fui asistiendo como público a las primeras tocatas, podía apreciar ahora la obra completa, podía entenderla como un cuerpo y verla ocupar el espacio ramificándose por mis oídos. Y pude, a la vez, sorprenderme, con temas que no había captado y que se erguían llenos de fuerza, inéditos e indestructibles como Bandadas, donde la voz no canta sino que declama en un crescendo que termina con el clímax que otorgan los pitidos de una flauta, la que me recordó al inicio de Burns de The cure, hace poco, al verlos en vivo. También me recuerda a algunos poemas de Gonzalo Millán o a Nick Cave en Lightnings bolts, una sumatoria de relaciones de gran potencia.
La fuerza que logra la enumeración de palabras, nos lleva a constituir con ellas una imagen del paisaje fronterizo, entendiendo su inhospitalidad.
En Volcán, el contrabajo va pulsando una próxima erupción, es la música de la lava esparciéndose por la tierra, es la música que responde a los minerales: Y abrí el cuarzo y entró la lava…
El contrabajo marca un pulso que siempre va a dar profundidad a todo lo que vaya a instalarse sobre él. Es como un sabor suavemente amargo que tranquiliza la sed. Amanda sabe darle un espacio, donde aparece con mayor protagonismo, no lo relega a un rol de simple acompañante, así se presenta en la cuarta canción, El olor de la lluvia.
En Teñida, aparece el piano de Mandia Araya en dúo con el contrabajo. Inevitablemente nos trasladamos de contexto hacia una zona jazzística, donde también las voces se juntan y luego dejan arremeter a los instrumentos dibujando un fino trazo.
En Solución espumante, los versos llenos de imágenes tienen una mayor presencia, Amanda les da más tiempo y les marca el pulso con el contrabajo hasta que se acaban y se mezclan diversos sonidos con la fuerza de una tormenta que funciona como el final más apropiado en respuesta a la intensidad de cada verso: las columnas que soportan mi obsesión,.. la carne que no comimos juntos, …el sueño del cerro no escalado,…
SAL, parte con un solo de contrabajo acústico, profundo y melancólico, de a poco aparece la voz que dice: sal para volver a entrar. Es una verdad importante la que nos aconseja, no debiéramos estar solamente adentro de algo.
En LIMPIA ALGUNAS COSAS, Amanda nos dice: el viento no se lleva la memoria, distintas capas sonoras acogen a esa frase. Hay algo acuático en esos sonidos, hasta que viene una descarga que desordena la atmósfera, justamente como lo haría una ventisca intrusa que bota papeles y objetos, mientras una nota sostenida nos da la sensación de ir cayendo junto al sonido, logro que ocurre gracias las distintas capas que forman un colchón armónico. Su sonido es mi vista, es como Amanda se mueve entre imágenes, letras y notas musicales, hay sonido en la vista y música en la visión.
NO EN PALABRAS, contiene la sensualidad del lenguaje corporal, aparecen ruidos vocales, gritos, chillidos, onomatopeyas que logran destituir a todo idioma de la canción, que se vuelve gutural, bosquejando un tipo de ritual. Efectivamente, Amanda, erradica a las palabras de este tema, como una liberación necesaria para la expresión total.
ARTIFICIOS, tiene un comienzo electrónico, el contrabajo entra y es deconstruído, hasta que aparece la voz y se multiplica aún sin lírica. Luego la voz recita, nos habla sobre la realidad y sobre los artificios. Aparecen ruidos más crudos, más pesados para finalizar únicamente con el contrabajo y algo parecido a un suspiro.
BELLA INSOLENCIA, es una canción en que contrabajo y voz van mucho más afiatados, los solos del instrumento son más potentes. Buscabas lo tectónico en tus labios, una vez cantado eso, se transforma la cadencia, dando paso a una energía huracanada, bajo la letra que sigue repitiéndose, la canción se vuelve también tectónica en un in crescendo trascendental que corona y finaliza el disco de una manera dramática.
Caudal es una bella y profunda experiencia, que amerita una escucha recíproca, es decir, en profundidad, para cada uno de sus once temas. Su originalidad es un oasis en medio del llano que a veces se instala en las escenas musicales del país.
Camila Estrella
Santiago, marzo, 2024
28 octubre 2024
Las opiniones expresadas en esta entrevista son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no necesariamente reflejan los puntos de vista del entrevistador o de Ciudad Sonora.