Catunazx presenta – SINTETIZADORES, FUTURISMO Y NEW ROMANTICS – GARY NUMAN
enero 11, 2022VER ONLINE – SISTER WITH TRANSISTOR
febrero 21, 2022A propósito de “6×216”, mixtape que resumió en poco más de tres minutos y medio el catálogo completo de Pueblo Nuevo Netlabel hasta 2020, conversamos con su responsable, el music/ólog/o, docente y colaborador de Ciudad Sonora Gerardo Figueroa Rodríguez.
Entrevista realizada por Mika Martini, director de Pueblo Nuevo Netlabel.
Fotos por Pablo Flores Castillo, Jorge Loayza Charad y Renzo Torti-Forno.
– Gerardo Figueroa Rodríguez –
ENTREVISTA
Mika Martini: «Empecé como oyente, pero como la mayoría de los chicos, mi atención hacia algo duraba poco.» (1). ¿Cómo llegas a interesarte en la música, como ejecutor, digamos…? ¿En qué momento un joven Gerardo decide tomar/no tomar/desarmar/develar/cuestionar un instrumento musical?
Gerardo Figueroa Rodríguez: ¡Qué buena es esa entrevista a John Oswald!. Si mal no recuerdo, aparece en Océano de sonido, de David Toop, un texto muy interesante y provocativo, además, por temáticas y estilo.
Si pensamos un momento en esa cita, aquello considerado “distracción” en su época responde más bien al entorno audiovisual que lo rodeaba y del cual también somos fruto, guardando las correspondientes diferencias. Con el tiempo, vemos que esta atención breve, más que responder a un déficit, pareciera corresponder a una toma de conciencia audiovisual o respuesta multimedial. Si observamos a los más jóvenes, la cantidad de info simultánea que reciben en sus aparatos portátiles es impresionante. A medida que avanzamos en ese caminar progresivo ascendente, lo que va cambiando es el volumen de información disponible y la capacidad de manejarlo.
En realidad, la música me ha acompañado desde muy niño. Y este transcurrir me llevó por varios instrumentos en distintos momentos, de ida y vuelta: cantar y tocar batería hasta los 10 años, guitarra acústica entre los 18 y los 31, teclados entre la adolescencia y pasados los 30, etc., casi siempre de manera autodidacta, salvo la guitarra. Pero uno que acompañó de manera transversal casi todo este período fue un cambiadiscos Garrard/Realistic, en formato maleta, que le trajeron a mi papá desde EE.UU. en la época de la UP. Era como tener en la casa uno de esos robots de las series de ciencia ficción de los ‘60, ‘70. El proceso de poner los discos en sí ya era fascinante, verlos caer al plato y, luego, observar el brazo posarse sobre el disco en movimiento era realmente mágico. Y cada disco era una puerta a un mundo completamente nuevo y autónomo. Con el tiempo, mi papá se fue comprando unos receivers – un National Panasonic RE–7670 B y luego un Sony STR 230 A – , lo que me permitió escuchar cosas en estéreo desde siempre, prácticamente. De los múltiples juguetes que tenía, creo que el tocadiscos fue lejos uno de los que más quise y he querido.
Si bien este diálogo paralelo, escuchando y tocando, se ha dado desde siempre, creo que el cambio de paradigma vino con “mi primer PC”, por decirlo así. Recién el 2003 tuve un tarro, como les decían en aquel entonces, y pude intrusear con más calma, primero, músicas a las que no podía acceder y, posteriormente, editores de audio. Fue la incorporación del compu lo que aceleró este vaivén análogo-digital anterior, motivando un desmontaje más profundo.
Podría graficar este proceso a través de dos situaciones particulares: el 2000 tuve ese típico CD Walkman Sony D–EJ611 y, cuando escuchaba CDs con los temas en repeat, notaba que no había distancia entre el fin del track y su regreso al comienzo. Esto me llevó al año siguiente a comprar un MiniDisc, también Sony, para grabar y loopear, lo cual hice hasta 2004, 2005, por ahí. El segundo vino cuando observé que los editores de audio funcionaban igual que Word. El cruce de estos hechos me llevó a ocupar CDs-R y CD players portátiles como único instrumento, práctica que mantuve con variaciones hasta, más o menos, 2010-11.
En simultaneidad con este toquío, siempre estuve atento a cuanta cosa sobre arte y cultura se cruzaba en mi camino, en diarios, revistas, libros especializados (cuando se podía), viendo tele, escuchando radio, etc. Fue un interés, una conciencia temprana de que la música no se limitaba a tocar un instrumento y hacer canciones o temas sin letra. Había mucho más en juego.
Mika Martini: Has incursionado en varios aspectos dentro del arte musical, componiendo, investigando, tocando en vivo, haciendo programas de radio, incluso te han denominado como «performer multi-plataforma» (2), que espero luego nos des más contexto de dónde sale el rótulo o epíteto, según quién haya presenciado su nacimiento… ¿Cuál es tu relación con todos estos medios? ¿Hay alguno favorito, digamos que cumpla mejor lo que promete? ¿Acaso es nuestra época ultra conectada, vía Internet, una posición privilegiada? Como decía Christian Marclay en una entrevista el 2019 (3) «…con Internet, hay una pequeña posibilidad de que algo desconocido, algo que no tiene una gran maquinaria de mercado detrás, pueda tener éxito» o nos pasa que «es tan barato el pescado pero no lo sabimo utilizar» (Sultana, Yolanda, 1984) (4).
Gerardo Figueroa Rodríguez: Creo que esas incursiones son consecuencia directa de todo lo anterior. Si bien siempre sentí que todo estaba íntimamente ligado, al entorno le pareció más atractiva la data en sí que su resolución creativa. La primera instancia radial de la cual participé fue Musiclaje, a comienzos de los ’90, un programa emitido por la radio Universidad de Chile dedicado a la música popular contemporánea del cual fui auditor por años. Y era muy curioso cómo en aquel momento la gente empezaba a activar las etiquetas, pensando que era periodista, investigador o musicólogo las más de las veces. Nadie pensaba que mi interés primario era creativo, quizás porque no me veían tocar en algún lado ni estaba adscrito a algún circuito o tribu. Eso ha llevado a un montón de malentendidos que, por mi parte, no quise corregir. Con el tiempo aprendí que la ansiedad por denominar es un juego del lenguaje, pero también de poder, exógeno, sin relación directa con los caminos que la expresión abre para sí. Ahora la perspectiva se ha ampliado en forma considerable y para bien.
La denominación «performer multi-plataforma» fue acuñada por Federico (Schumacher) para su libro/DVD-audio La experiencia musical acusmática/Lo inquietante, a partir de la conversa que tú y yo sostuvimos para esa publicación, relativa a Pueblo Nuevo y su vínculo con la electroacústica local. Intuyo que nace a partir de sucesivos encuentros con el GFR Broadcasting System, proyecto de investigación artística que inicié en 1988 y, tras varias fases hasta llegar a ese nombre, terminó apareciendo en Internet en formato blog desde 2004 hasta la fecha. El Fede fue testigo y colaborador de varias acciones.
Respecto a tener algún medio regalón, no lo creo. Todos tienen su encanto y particularidad. Lo mismo pasa con los soportes de información: el material físico lleva aparejados rituales específicos, como los digitales, y son distintos, en ningún caso mejores o peores. Quizás los cruce una suerte de disposición radial, por decirlo así: la radio sigue siendo uno de los medios más maleables que existe y se lo ha aprovechado super poco aquí como espacio de experimentación. Lo comprobamos cuando participamos del espacio Conexión Social, entre 2009 y 2012, sobre todo en los últimos episodios, donde nos repartíamos la producción y cada episodio era muy distinto del anterior.
En la referencia a la Web y lo dicho por Marclay hay harto en juego, pues lo que propone es muy sensato y tiene ejemplos que lo corroboran en plenitud. Pero, si volvemos la vista a nuestra realidad, vemos que, durante 30 años, las reflexiones y legítimas quejas de los sectores del arte y la cultura hacia el Estado y el Mercado no han variado gran cosa. Me imagino cómo sería el panorama sin Internet. Y ahí podemos incorporar la cita a la tía Yoly, pues aún no logramos visualizar nítidamente un ecosistema que permita/motive cauces diáfanos para las múltiples expresiones creativas surgidas en el territorio.
Mika Martini: ¿Cuándo llegas a integrarte en, digamos, «lo electroacústico«? Dime si me equivoco, pero, ¿fue en aquel ya mítico taller de espacialización dictado por Federico Schumacher durante el festival Ai-Maako 2004, 2005?. ¿Tienes recuerdos de esos años de «música global«, tráfico de pluguines y recitales TransAcústicos? Caminos varios que nos llevaron a ídem a quedar ligados a la CECh, a las Noches Blancas, a las peregrinaciones anuales por centros culturales en pos de la dosis de multi-canalidad y convivencias generosas en anécdotas post conciertos, como aquella en que insignes compositores/as electroacústicos terminaron bailando cumbia en un – dejémoslo en pintoresco – bar/restaurant santiaguino…
Gerardo Figueroa Rodríguez: Partamos desde ahí, porque esa historia hay que contarla completa: entre las invitadas internacionales al Ai-Maako 2006 estaban la compositora argentina Beatriz Ferreyra y la francesa Christine Groult. Cuando finalizaba la jornada de lanzamiento del 50 años de música electroacústica en Chile – como parte del festival, en la sala SCD Bellavista -, el Fede me dice que quiere llevarlas lejos del perímetro usual (léase Plaza de la Dignidad hacia arriba), pues querían ver algo más popular. Meses antes, me había desempeñado como profesor reemplazante en la sede Mapocho del Liceo Experimental Artístico, en la comuna de Quinta Normal y, cerca de ahí, en San Pablo casi esquina General Velásquez, había un restaurant de formato antiguo llamado La Caleta, al cual terminamos llevándolas junto a compatriotas que rara vez “bajaban de Plaza Italia”, como se decía.
Lo que más había esa noche de viernes eran obreros de la construcción, aprovechando de relajarse y comer/tomar, por decirlo así. Y dado que ocupábamos una mesa bien larga, tipo Té Club, metíamos harta bulla. Pasado un buen rato, un par de ellos se acercaron a nuestras invitadas para sacarlas a bailar, lo que aceptaron gustosas. La playlist transitó por cumbias como ‘Yo tomo’ de Amar Azul, la versión ad hoc de ‘Más que tu amigo’, de Marco Antonio Solís, corridos de Los Hermanos Bustos y Los Charros de Lumaco, por mencionar algunos tracks. ¡Estábamos felices!. Con solo haber cambiado la orientación en el mapa y la consiguiente dirección, de un paraguazo se disolvieron barreras idiomáticas, de extracción social, formación y estilísticas.
Volviendo a las preguntas del comienzo, sabía de este tipo de música gracias a radios como la Beethoven y los ciclos de música docta contemporánea chilena a los que pude asistir entre los ‘90 y principios de la primera década de 2000, como la versión 1994 del festival Anacrusa o los festivales que organizan la Chile y la Católica. Antes del Ai-Maako, eran los únicos lugares donde uno escuchaba este tipo de cosas… y en estéreo, la mayoría de las veces.
Tal como lo conversamos en La experiencia…, no asistí a esos talleres en 2004 porque tenía topes de horario laboral. Ante esto, el José (Miguel Candela) muy amablemente me envía la bibliografía al mail, para que viera de qué iba la cosa – recuerdo un capítulo de texto de Barry Truax muy interesante sobre espacialización -. Quienes asistieron, finalmente, formaron el Taller Electro, que pasó de traficar pluguines, como bien dices, a organizar conciertos. Entré al Taller a comienzos de 2005, tras escuchar los 10 últimos minutos del concierto Compatible 1.0. en el nunca bien ponderado Perdidos en el espacio.
Sin miedo a equivocarme, de todas las versiones de Ai-Maako a las que he asistido, creo que las experiencias en el Centro Cultural de España han sido las más satisfactorias. Hay un cierto calor en esa sala que instancias con mayor capacidad de aforo o equipamiento, como el GAM o Matucana 100, no ofrecen. Hay que sumar a lo anterior la permanente y buenísima disposición de su equipo de trabajo. Épocas como las que estamos viviendo, segundo año en pandemia, motivan también preguntas respecto de maneras de escuchar esta música en modelos distintos al acousmonium. No tengo respuesta para ello, salvo hacer una analogía con el cine: hay películas cuyo disfrute pleno se logra en la pantalla gigante y el surround de la sala, otras pueden ser disfrutadas perfectamente en tamaño reducido y con el estéreo del celu – aparato que, en la actualidad, ofrece hasta Dolby Atmos (¡!).
Mika Martini: Posteriormente (o en una realidad paralela), te sumas a Pueblo Nuevo Netlabel, como uno de los primeros ayudistas/pensadores/miembros del comité central, incluso llegas a escribir el manifiesto (5) del sello. Posteriormente, ya publicas discos, tanto solistas, remixes, o participas en compilaciones. ¿Qué puedes compartir respecto a este proceso? ¿Has podido resistir y permanecer incólume?
Gerardo Figueroa Rodríguez: Hablemos de realidad paralela, me gusta eso. Visto desde la distancia, pasaba mucho a la vez. Y es loco ver cómo en pandemia se ha replicado eso en la web, con múltiples live emitiéndose simultáneamente.
Mi ingreso a Pueblo Nuevo fue el año anterior, en realidad, 2005. Y el manifiesto fue algo que escribí bien en serio: había una vibra como de «etapa superada» con la dictadura pinochetista en ciertos ambientes, cosa que no compartía en lo absoluto y, como lo evidenciaron las movilizaciones de 2006, 2011 y 2019, resultó ser totalmente falaz. Vivimos en un país donde se ha intentado la impunidad en casos de violaciones a los Derechos Humanos no solo desde 1973, sino más recientes, como los de la senadora Fabiola Campillai, el psicólogo Gustavo Gatica y cientos de personas que perdieron la vista, la vida o la libertad. Creo que algunas de las figuras expuestas en aquel escrito siguen dolorosamente presentes.
Una de las cosas más entretenidas de todo el período fue conocer entornos y personas. Todo eso se incorporaba al proceso de investigación, que, en aquel momento, implicaba «salir al mundo», por decirlo así. Y si bien haber formado parte de Musiclaje me permitió en su momento transitar fluidamente por distintos espacios – prefiero ese concepto al de «escenas» -, tener un contacto con la gente más allá del rol y la distancia geográfica amplió considerablemente la perspectiva. Sin ir más lejos, las primeras personas que acogieron mi material fueron Kenneth Goldsmith y Claudio Fernández en sus respectivos espacios radiales, sin reserva ni objeción alguna, lo que agradeceré siempre y de todo corazón.
También me permitió chilenizar el concepto de remix (remicc) y explorarlo como lo que actualmente se denomina rework, piezas en las que el tema original constituye más bien un punto de partida, un trampolín para el despegue. En ese sentido, agradezco cada invitación, por la confianza que implica y la disposición de quienes la extienden a llevar su expresión sonoro-musical a territorios desconocidos, siendo yo, justamente, quien más los desconoce.
Y respecto a permanecer, creo que nadie en situación de resistencia sale incólume. Siempre quedan huellas, rastros, cicatrices – incluso, puedes llegar a convertirte exactamente en aquello contra lo cual luchas. Lo importante es lo que hacemos con ellas, prestarles atención cuando aparecen y vivir el proceso de sanación al que invitan: si vamos por un carril vital cualquiera y, en un momento dado, no sentimos honesto nuestro hacer, saliendo de adentro, latiendo desde lo profundo, hay que dar el giro correspondiente. Ahora, más que nunca.
Mika Martini: En una entrevista/conversación ocurrida en 1966, Richard Kostelanetz le pregunta a John Cage «¿Es usted partidario, entonces, del arte anónimo?» (6). Con «6×216 Mixtape», tu última «provocación» publicada en el netlabel, condensas 15 años en 3 minutos y poco más… haciendo «sonar» el catálogo «todo junto y al mismo tiempo» (como decía Polwor en los recordados Café con Cables), sin distinciones entre autores, disolviendo el tradicional ego del creador – que en general goza/disfruta/esboza una leve sonrisa – cuando puede leer su nombre en un listado/selección, en un cartel, en un «lo mejor del año», etc. , para dar forma a una especie de pequeña mancha borrosa en el calzoncillo del universo sonoro, una visión multicapa que nos azota los sentidos. Sin duda, para mí fue una sorpresa escuchar cómo, lo que pudo transformarse en una masa inentendible de sonoridades, la verdad es que es muy agradable de escuchar y realmente me parece que da cuenta de una paleta sonora común bastante armónica, presente en los lanzamientos del sello… ¿Habrá sido simplemente el azar? ¿O será que realmente, como escribió Carlos Fregtman, «vivimos en una misma sonósfera» (7)?
Gerardo Figueroa Rodríguez: Respecto de esa conversa/entrevista, es re interesante ver cómo sigue:
Richard Kostelanetz: ¿Es usted partidario entonces del arte anónimo?.
John Cage: Esa pregunta no me parece completamente adecuada, porque uno puede tener arte sin siquiera hacerlo. Lo único que debe hacer es cambiar de mentalidad. Ni siquiera se precisa una habilidad especial.
Richard Kostelanetz: ¿Y le molesta eso… el admitir que cualquiera puede ser un artista, independientemente de su talento?.
John Cage: No. No, en absoluto, en absoluto. Ese es un problema europeo, europeo, sabe, no un problema norteamericano, todo ese asunto de la jerarquía… de querer hacer lo mejor de lo mejor. Y lleva siglos, relativamente hablando, liberarse de ese asunto europeo. Pero ahora hay gente que se ha librado de él.
Creo que las respuestas de Cage no solo refrescan y distensionan, también esclarecen la perspectiva y liberan el hacer. Nos ponen en el lugar que nos corresponde desde lo geopolítico y, aunque no lo parezca, permiten lecturas absolutamente propias de problemas primermundistas. Es cosa de reemplazar «norteamericano» en la última respuesta por «latinoamericano» o lo que más nos resuene.
Tal como lo compartí en las liner notes de la mixtape, la idea era observar el catálogo de la manera más horizontal posible, ofreciendo a cada track la posibilidad de ser escuchado durante sus primeros seis segundos, recordando esa función de music scan que tenían los reproductores de CD. Por lo mismo, durante meses la percepción que tenía de esta esta obra era monumental: un archivo de 6 u 8 horas de duración, como la acción de solsticio de invierno de Phill Niblock, procurando que cada extracto se escuchara intacto y en orden. Y fue impresionante ver cómo, una vez consignados en la planilla excel con el tempo que les asignara Virtual DJ en primera instancia, comenzaron a juntarse y agruparse en el editor.
Curiosamente, fue Virtual DJ quien dio paso al componente azaroso, pues en diversas ocasiones abría los samples para confirmar la data y arrojaba tempi diferentes. Ante eso, me relajé un montón, pues comprobé que, a pesar de las apariencias, no había mayor control respecto de lo que estaba pasando y la obra fluiría hasta el final. Y respecto de lo dicho por Fregtman, si estamos cobijados por el mismo planeta, naturalmente vivimos en una misma sonósfera, aunque no percibamos su multiplicidad de fuentes. Quizás la organización que tomó la mixtape tenga que ver con eso, con una mirada al fenómeno mediada por el ojo de una cerradura.
Mika Martini: «PHONOGRAPH, n. An irritating toy that restores life to dead noises» (8). Hay en el «Plunderphonic» un intento por ejercer el poder divino de dar vida a lo «muerto«, en el sentido de detenido de lo vivo/en vivo, congelado en el tiempo, permanente… ¿Qué es lo que más te llama la atención de esta técnica, visión artística/postura política, de la que te has convertido en todo un referente en Chile?
Gerardo Figueroa Rodríguez: El fonógrafo entendido como un juguete irritante que vuelve ruidos muertos a la vida… ¡Interesante!. Se nota que esa visión no es latinoamericana, es muy racional-europea. David Toop la explora en Resonancia siniestra y Chris Cutler la refiere en una entrevista para el programa Roulette TV:
Chris Cutler: La música, por definición; el sonido, por definición, es algo que siempre desaparece. Se va. Digo algo y se va, se fue para siempre y jamás volverá…
El problema de la grabación radica en que contradice esa cualidad esencial del sonido…
Phoebe Legere: … que es pasajero y se desvanece, como un cerezo en flor…
Chris Cutler: … exacto, desaparece: hace que los muertos vuelvan y se queden por ahí, dando vueltas. ¡Quieres que se vayan y ahí están, todo el tiempo!..
Al respecto, un día cualquiera, cuando la radio Oasis todavía pertenecía a Julián García Reyes – 2010-11, por ahí -, me fijé en la programación. De 10 temas, por dar una cifra, 5 o 6 eran de «gente muerta», como decía Haley Joel Osment en Sexto sentido: Frank Sinatra, John Lennon, Queen (la voz de Freddy Mercury, en este caso), Minnie Riperton, Karen Carpenter, etc. Al principio, lo entendí como un cementerio, mucho más bonito y estimulante, porque retrotrae en forma efectiva y celebratoria la voz de quien abandonó esta dimensión. Con el tiempo, vi esta reconfiguración como la derrota del cementerio, más bien, similar a esa tradición indígena de ir al monte a conversar con quienes ya partieron. «Esa gente está más viva que todxs», pensé, «se hace escuchar mucho más». Vivimos en un país donde tiembla, en una cultura que no controla el tiempo, donde la existencia parece pender de un hilo, ¿con qué soberbia venimos a hablar de plazos por cumplir y proyecciones a futuro? .Quizás por eso, como para compensarlo, nos hicieron entrar en una productividad febril, entendida como resultado, objeto. Si, por el contrario, nos concentráramos en el proceso, la consecuencia se genera solita, sin mayor intervención, como por arte de magia. «Proceso, no producto», ha dicho Brian Eno por décadas. Y aquí «dele con lo mismo», con la dictadura del producto, con la dictadura de vender.
Creo que el desafío de hacer plunderphonics pasa, en cierto sentido, por dialogar con el acervo fonográfico local, dado que esta práctica se funda en citas sonoras, de manera análoga a las de un paper académico. En ciertas estéticas asociadas a lo docto contemporáneo o el hip hop, por ejemplo, se las entiende del mismo modo, como parte de una conversación mayor, permanente, que genera nuevo conocimiento. Otras experiencias que me parecen muy interesantes son mash–ups como «El cuco canuto», de JAJAJAX (2012) y «Yo la quería de Electrodomésticos, pero con la voz de Sebastián Piñera dando pena en la Cadena SER», de Chamelos (2019). Ahí hay culture jamming, como lo que hace Negativland en su programa radial desde comienzos de los ’80: tomar cosas del entorno sonoro, darles una vuelta de tuerca que los devela en su inconsistencia y devolverlos al éter, con mucho humor. Y la política contingente es un escenario más que pródigo para este tipo de prácticas.
Mika Martini: Ben Sidran, en Talking Jazz, una historia oral le pregunta a Miles David el 30 de enero del año 86: ¿No se puede capturar el «sonido de un negro» con un sampler digital? (9)… ¿Cuál crees tú que es el aporte de la tecnología a la creación musical, hoy, en nuestra algorítmica pre-AI-sociedad?, donde van quedando ya pocos lugares donde no esté «la máquina» incluida y/o mimetizada… ¿Crees que aún hoy hay espacio para lo humano o definitivamente lo post-humano es el camino sin retorno? ¿Te imaginas una obra postulada a Fondart por un artista-entidad-robot-algoritmo? (*)
Gerardo Figueroa Rodríguez: Está super claro que la coexistencia ha sido la respuesta a ese dilema: la cantidad de editoriales independientes locales que publican libros físicos y organizan ferias del libro es impresionante; la gente compra vinilos y cassettes y, a la vez, usa plataformas de streaming. No hay dicotomías ni maniqueísmo. Y, como lo conversábamos antes, la cantidad de marcos a nuestra disposición es inédita comparada con siglos anteriores. Y si bien la pandemia puso barreras concretas a dinámicas como los espectáculos en vivo o la asistencia al cine, lo más seguro es que se retomarán con intensidad cuando la emergencia sanitaria esté bajo control. Kenneth Goldsmith lo sintetiza de manera muy lúcida y lúdica: «El futuro de Internet será igual que su pasado. Vamos donde siempre estuvimos, en realidad».
Respecto de lo último, puestos en ese caso, es muy probable que, a esas alturas, exista una línea dedicada a la AI y quien figure como responsable en cada proyecto sea quien diseñó cada aplicación, más que una entidad cyborg, por decirlo así. Si pensamos en experiencias dentro de tal paradigma, quien podría extenderse al respecto es Rodrigo Cádiz, dado su trabajo en el área aplicada a la música. Pero lo veo difícil, sobre todo por lo que implicaría para su “buen funcionamiento”. En ese sentido, me parece muy lúcido lo compartido por la periodista y performer artist Eli Neira en su cuenta de Instagram meses atrás: la utopía fascista del control total no es realizable en nuestras sociedades precarizadas.
Mika Martini: El 2004, David Puente en entrevista para Clubbingspain le pregunta a John Peel, a propósito de su estadía en España para uno de esos mega festivales pre-pandémicos-pro-industriales, «¿Sigue visitando Ibiza con regularidad?» y él respondio «No he estado nunca en Ibiza» (10)… ¿Qué lugares le falta visitar al GFR Broadcasting System? ¿Cuáles son las coordenadas para llegar a ese Ibiza utópico de la música total, donde te puedes pegar «un chute de adrenalina» (11) con la música de vanguardia y, al mismo tiempo, disfrutar del refrescante sabor de las bebidas de fantasía del paraíso del pop – chileno o no – (12)? ¿Hacia dónde van o vienen tus futuros proyectos multi-plataforma?
Gerardo Figueroa Rodríguez: Creo que vienen, en realidad, de vuelta. Esta mixtape representa el punto de llegada de un ciclo de poco más de 15 años. Y, pensando en lo que hablábamos antes respecto de resistir, si pienso en el Broadcasting System como un gesto de resistencia, realizado, por lo mismo, sin financiamiento de ninguna especie ni más herramientas que lo que se tiene en la casa, que lograra salir al mundo gracias a la red y abordara distintos marcos operacionales expresados, entre otras cosas, en parodias de eslóganes, como «si Dios no dispone otra cosa» o «work sin progress», hasta llegar en 2013 al «arte en la medida de lo posible» – parafraseando a Patricio Aylwin -, no puede sino ser un milagro.
Ahora bien, todas estas reflexiones siempre son posteriores a lo realizado: al principio, todo es intuición, avance sobre la marcha. Y «la medida de lo posible» es distinta para cada quien y su rango de acción. Si consideramos, entonces, lo vivido hasta la fecha con la Convención Constitucional, partiendo por su ceremonia de instalación, quedó claro que lo que surja de aquí en adelante debe ser nuevo, diferente, distinto; las utopías, inalcanzables, imposibles.
Por otro lado, me quedé pensando en la frase de Peel y su tremendo aporte en esta dimensión y ya lejos de ella: su archivo, un centro para las artes creativas, una charla anual en BBC 6 en su memoria. Tampoco he estado en Ibiza, y no sé si esa sea mi idea de paraíso. Más bien siento que ese lugar es la persona misma y su hacer esencial, finalmente. Pienso también en Neus Estarellas, la intérprete mallorquina especializada en música contemporánea de la nota al pie 11, quien sostiene en la entrevista que el futuro va por mezclarse con todo el resto de las artes. Y eso es muy interesante, esa disolución cada vez más creciente, como respuesta a todas las denominaciones con que abordamos la expresión creativa – algo quizás más evidente dada la estrategia a que apela el estadio actual del capitalismo. Me atrevo a decir que, desde los discursos que ha puesto en boga y la noción de utopía inalcanzable ya referida, la respuesta más artístico-creativa sería una práctica improductiva, inútil, fuera de toda proyección de rentabilidad y separación artista/público. Como lo que proponía Cage más arriba.
Mika Martini: Si tuvieras que organizar hoy una mesa redonda/seminario/conversación vía Zoom como la documentada por la Revista La Bicicleta en 1986, «Pop y Canto Nuevo frente a frente» (13), ¿a quién convocarías?… Aunque podría ser fuente de infinitos memes enfrentar odiosamente estilos musicales actuales, no se trata necesariamente de revivir aquella tontera de poner en antagonismo tendencias musicales, sino que ver quiénes serían tus/los/las referentes actuales, quienes están pensando en el devenir de la música en Chile… Tienes 10 cupos… “La entrada es gratis, la salida vemos” (14).
Gerardo Figueroa Rodríguez: Suena tentador. Pero me recuerda mucho a cuando me propusiste hacer la mixtape. Creo, a modo de resumen, que mantener cualquier forma de selección, entendida como la difusión de ciertos opus creativos en lugar de otros, considerando el contexto asimétrico en que estamos, finalmente alimenta la exclusión, una noción tan insostenible a estas alturas como la de meritocracia, por ejemplo. Insistir en disolver esas nociones dará paso a muy buenas preguntas y prácticas novedosas e interesantes.
P. S.: Iba a comentar sobre esa frase de Charly (García) y el artículo que la cita, pero el link no funciona… (**)
NOTAS AL PIE:
(1) David Gans, «The Man Who Stole Michael Jackson’s Face», Entrevista a John Oswald, 02.01.1995.
https://www.wired.com/1995/02/oswald/.
(2) Schumacher, Federico, 2019.
(3) J D Guardiola. Entrevista a Christian Marclay. 2019.
https://sietedeungolpe.es/christian-marclay-composiciones-macba/.
(4) Electrodomésticos – Viva Chile (1986 – Full Album)
https://www.youtube.com/watch?v=Jjp0IK8-VGA.
(5) Pueblo Nuevo Manifesto, Gerardo Figueroa, 2005:
https://pueblonuevo.cl/manifesto/
(6) Entrevista a John Cage por Richard Kostelanetz
https://sonograma.org/2011/04/entrevista-a-john-cage-por-richard-kostelanetz/
(7) Fregtman, Carlos D. «El Tao de la Música»
https://www.elargonauta.com/libros/el-tao-de-la-musica/978-950-16-0211-1/
(8) The Devil’s Dictionary by Ambrose Bierce, 1911.
http://www.alcyone.com/max/lit/devils/p.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Diccionario_del_Diablo
(9) Ben Sidran, «Talking Jazz»:
http://bensidran.com/conversation/talking-jazz-miles-davis
(10) Entrevista a John Peel, publicada el 28 Junio 2004 por David Puente
https://www.clubbingspain.com/entrevistas/2004/john-peel.html
(11) Ismael G. Cabral. Entrevista a Neus Estarellas, El Correo de Andalucía, 23/08/2018.
https://elcorreoweb.es/cultura/abordar-la-musica-de-vanguardia-es-un-chute-de-adrenalina-XG4448437
(12) Diario El País, «Chile, nuevo paraíso del pop» 4/02/2011.
https://elpais.com/diario/2011/02/04/tentaciones/1296847374_850215.html
(13) Mesa Redonda: pop y canto nuevo frente a frente, ago. 1986
http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-82965.html
http://www.memoriachilena.gob.cl/archivos2/pdfs/MC0049170.pdf
(14) Gabriel Franco Villanueva, «Charly García: La entrada es gratis, la salida vemos». 06/08/2020.
https://visualizemag.com/2020/08/06/charly-garcia-la-entrada-es-gratis-argentina/.
(*) Nota: En los resultados del Fonmus 2021, entregados recientemente, aparece como ganador un proyecto titulado «Desarrollo de NFT para el sector creativo en Chile»…
(**) Referencia Charly García: https://www.youtube.com/watch?v=ikQEDdR9WMA
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TRACK LIST:
01. 6×216 Mixtape (2020-21) (03:37)
Playlist completo y detallado consulte las Notas de programa / Complete and detailed Playlist see Liner notes.
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Tiempo total / total play: 03:37
“6×216 Mixtape”, compilación conmemorativa del 15° aniversario de Pueblo Nuevo / “6×216 Mixtape”, Pueblo Nuevo 15th anniversary compilation.
Material sonoro organizado por Gerardo Figueroa Rodríguez (GFR) en MacOS Catalina 10.15.17 con softwares Audacity 2.4.1, Loopback 2.2.2, Virtual DJ 8.5.6263 (sin actualizar), VLC Media Player versión 3.0.12 Vetinari (Intel 64 bit) y planilla de cálculo de Google Drive, en las comunas de Conchalí y Maipú (Región Metropolitana de Santiago), entre el 13 de septiembre de 2020 (fase sanitaria 2) y el 21 de febrero de 2021 (fase sanitaria 3) / Sound material organized by Gerardo Figueroa Rodríguez (GFR) on MacOS Catalina 10.15.17 with Audacity 2.4.1, Loopback 2.2.2, Virtual DJ 8.5.6263, VLC Media Player version 3.0.12 Vetinari (Intel 64 bit), and Google Drive spreadsheet, in Conchalí and Maipú (Santiago, Chile), from September 13, 2020 (step 2) to February 21, 2021 (step 3).
Sound clips etiquetados por Gerardo Figueroa Rodríguez (GFR) entre el 26 de febrero y el 12 de marzo de 2021 (fases sanitarias 3 y 2, respectivamente) con softwares Audacity 2.4.1 y Ocenaudio 3.7.12, 64 bits / Sound clips tagged by Gerardo Figueroa Rodríguez (GFR) from February 26 to March 12, 2021 (steps 3 and 2, respectively) with Audacity 2.4.1 and Ocenaudio 3.7.12, 64-bit.
Todos los tracks utilizados fueron producidos por sus respectivos autores / All tracks used produced by their artists/composers.
Reseñas por / Reviews by Emilio Adasme Campos, Osvaldo Sotomayor Rojo y Renzo Torti–Forno.
Diseño por / Artwork by Mika Martini.
Ilustración de portada por / Cover illustration by Claudio Pérez P. (Ud.No!) @usted_no
Versión en inglés por / English version by Carlos McPherson, Elbow Beach, Bermuda, Abril / April 2021.
A GFR Broadcasting System – Pueblo Nuevo Netlabel joint venture.
Entrevista realizada por Mika Martini, director de Pueblo Nuevo Netlabel.
Meditada y respondida por Gerardo Figueroa Rodríguez entre abril de 2021 y enero de 2022.
2 febrero 2022
Las opiniones expresadas en esta entrevista son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no necesariamente reflejan los puntos de vista del entrevistador o de Ciudad Sonora.