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mayo 4, 2021“Austronáutica”, es el último álbum solista lanzado vía Pueblo Nuevo en febrero pasado por el músico nacional y periodista Rafael Cheuquelaf. Parte del dúo magallánico Lluvia Ácida, hoy nos cuenta sobre su trabajo, la política y los últimos humanos.
Entrevista realizada por Mika Martini, director de Pueblo Nuevo Netlabel. Retrato R. Cheuquelaf por Luis Bertea.
– Rafael Cheuquelaf –
ENTREVISTA
Mika Martini: ¿Cómo llegas a interesarte en la música, específicamente en la música electrónica?
Rafael Cheuquelaf: Mi interés en la música fue muy temprano. Tengo recuerdo de escuchar obsesivamente algunos discos de vinilo que habían en la casa, como las bandas sonoras de “El Padrino” y “Rocky”. También estudié piano durante unos meses, cuando iba en Sexto Básico. Pero me aburrió, porque tratar de descifrar partituras me resultaba mucho menos entretenido que dibujar, por ejemplo. Pero tenía ya la curiosidad por la Música Electrónica porque había escuchado cosas de Kraftwerk, Vangelis y Jean Michel Jarré, primero por medio de la publicidad en radios de Punta Arenas.
Recuerdo a un excéntrico comerciante local llamado Manfred Glauer, que anunciaba sus radios y televisores con temas como “Computer love”. Después descubrí a Los Prisioneros, Electrodomésticos, Depeche Mode y Front 242, entre muchos otros. Y por supuesto, viví intensamente unos años 90’s marcados por la electrónica británica.
Mika Martini: Con Héctor Aguilar llevan una vasta trayectoria, han editado cantidad de discos, documentales, videoclips, etc… Pensando en las nuevas generaciones o en gente que aún no los conozca, de todos ellos, ¿cuáles serían para ti los highlight, los hitos, los fundamentales que recomendarías para iniciarse en el universo de Lluvia Ácida?
Rafael Cheuquelaf: Con Lluvia Ácida tenemos 25 años de historia como dúo. Una que parte cuando conocí a Héctor Aguilar, quien ya usaba ese nombre para grabar ruidismo casero desde 1992. Y aunque buena parte de ella ha transcurrido en la sombra y bastante lejos de los centros mediáticos del país, podemos contar algunas cosas interesantes y que en su momento fueron objeto de atención.
Para contar nuestra historia de manera completa y a medida que ha ido desarrollándose, nos hemos preocupado de registrarla y difundirla mediante documentales. El primero se llama “La Dinámica del Frío” (2006), que cuenta nuestros primeros 10 años, mostrando nuestra evolución desde un proyecto de experimentación casera encerrado en Punta Arenas a un dúo que se da a conocer más allá de sus fronteras iniciales. Nuestra relación con la Antártica es otra de nuestras características fundamentales, pues hemos publicado discos sobre el tema y actuado dos veces en Isla Rey Jorge. Esto puede apreciarse en nuestras películas “La Ruta de Antartikos” (2007) e “Insula in albis” (pn084/ 2013).
Otro aspecto importante es nuestro interés en los Pueblos Originarios Australes, como el disco y documental “Kuluana” (pncd05/2009), realizados en base al trabajo de rescate que hicimos con Úrsula Calderón, una de las últimas hablantes nativas del idioma yagán. También hemos trabajado en torno a temas sociales, con discos como “La Idea – Canto a la Federación Obrera de Magallanes” (pn023/2007) y “El Saqueo” (pn077/2012). También hemos abordado el trabajo científico en Patagonia y Antártica con “Ciencia Sur” (pn125/2017) y el paisaje magallánico mediante la improvisación en lugares abandonados o solitarios, lo que recogimos con nuestra película y disco “Zonas de Silencio” (pn096/2015).
Y lo último ha sido “Antiviral” (2020), un disco que hicimos físicamente separados y en pleno confinamiento, para dejar un testimonio de esta pandemia aún en curso. Todo este material está disponible a través de nuestro sitio http://www.lluviaacida.cl y la mayoría también en www.pueblonuevo.cl.
Mika Martini: Aparte de lo musical, como profesional has estado involucrado en diversas áreas relevantes de la sociedad nacional, por lo menos en tu territorio, ¿cuáles son tus sensaciones o reflexiones sobre la política, la cultura y la educación en Chile?
Rafael Cheuquelaf: Creo que estamos en una época de inflexión, en que las creencias y estructuras sociales de este país (del mundo) están en proceso de cambio. La pregunta es: ¿hacia qué dirección? ¿Hacia nuevas formas de democracia participativa? ¿O a una deriva autoritaria, que aprovechará las herramientas tecnológicas para neutralizar toda oposición efectiva? Hay una evidente fractura entre la élite y una mayoría que se siente explotada y defraudada. Lo que está en juego aquí no es solo en qué forma se gobernará la sociedad, sino qué significará el ser humano en el futuro. Uno que presenta amenazas existenciales, de la cual la pandemia de COVID-19 es solo un preludio.
Chile es un país marcado por el clasismo, el militarismo y la depredación de la Naturaleza, a la que solo se la ve como fuente de recursos y no como hábitat. En ese sentido, creo que la Educación y la Cultura son lo único que podría darle una nueva forma social a este país, que está cambiando en todos los aspectos. Necesitamos construir una sociedad nueva, más educada, solidaria y equitativa. No solo porque eso es lo justo, sino porque en la era del Cambio Climático es imperativo. La Ciencia nos dice que es lo que ocurre y porqué, pero la Educación y la Cultura nos ayudarán a internalizar los fenómenos y cambios que tenemos encima.
Mika Martini: Como nos contabas anteriormente, dentro de las temáticas artísticas que han abordado están presentes lo social, las desigualdades, los pueblos originarios, entre otros, en ese sentido el estallido social de octubre del 2019, ¿lo viste venir? y si sumamos la pandemia, ¿qué reflexiones te vienen a la cabeza?
Rafael Cheuquelaf: Yo esperaba una gran expresión de malestar colectivo, obviamente sin saber cuándo se produciría. La combinación entre la frustración masiva ante una obscena desigualdad y el maltrato del gobierno hacia la ciudadanía lo hacía inevitable. El Estallido Social y la sucesiva pandemia terminaron por desnudar un modelo social y económico obsoleto, que no se ocupa del bienestar general. Y la clase dominante buscando mantener el statu quo mediante la violencia institucional, violando masivamente los Derechos Humanos en nombre de la seguridad y usando una emergencia sanitaria real para aumentar el control social. La clase política, salvo algunas excepciones, ha sido en general obsecuente y gran parte de la ciudadanía desconfía de ella con justa razón.
En lo personal, pude registrar como se vivió ese momento en Punta Arenas mediante fotografías, un par de videos documentales y temas con Lluvia Ácida. Y cuando parecía que la marea social volvía a subir, apareció un virus que lo paralizó todo (para alivio de los que no quieren ni cambiar ni compartir nada). El mundo del arte y cultura, que es parte integral y un aporte para este país, ha vivido un periodo muy difícil, con creadores que han visto cortadas sus posibilidades laborales. Justo en esta época, en que millones de personadas confinadas han sobrellevado su situación con ayuda de libros, discos y películas. En este contexto de telemática acelerada y forzada, los artistas han debido buscar nuevas vías para mostrar su trabajo y en vez de recibir ayudas más directas, son obligados a competir entre ellos. En este complicado camino pueden surgir nuevas expresiones y técnicas de expresión artística, pero nada reemplazará a los eventos presenciales y no debiéramos naturalizar la virtualidad total, que es justamente lo que pretenden quienes verdaderamente están llevando la batuta y ganando como nunca antes: las mega corporaciones tecnológicas. Tampoco sirve forzar un retorno a todas luces inseguro, como lo que se ha pretendido al abrir colegios en vez de apoyar de manera más decidida a los profesores en su trabajo online, llevándose la carga más pesada en esta situación y más encima recibiendo declaraciones despectivas de parte de varias autoridades. La brecha digital es otra falencia social que se ha revelado en toda su crudeza esta pandemia. La tecnología y los nuevos medios, que se esperaba mejoraran a la sociedad en términos de comunicación, se han terminado en convertir en factores de inequidad y de diseminación de odio. Por esto último me parece muy importante que el arte y la cultura los utilicen con fines creativos y constructivos. Y nosotros lo hacemos desde nuestro territorio, mediante nuestra música y videos, para expresar nuestra identidad como magallánicos de este agitado siglo XXI.
Mika Martini: Pasando ahora a “Austronáutica”, tu disco solista recientemente editado en Pueblo Nuevo, ¿qué te motivó a editarlo?
Rafael Cheuquelaf: Para mí fue una forma de cerrar un año 2020 complicado, como lo ha sido para tod@s. Uno que combinó incertidumbre con creatividad y aprendizaje. A diferencia de Héctor, que tiene una extensa obra en solitario y en asociación con otros músicos, yo hace tiempo que no me daba el tiempo de componer sin compañía. Había estado más concentrado en el aspecto audiovisual de Lluvia Ácida, así como en la fotografía y el video documental. “Austronáutica” (pn181/2021) fue un ejercicio de composición y grabación intensiva, pues todos los temas fueron registrados en tres semanas. Grabé en Logic Pro con varios sintetizadores que no usaba hace un tiempo, como el Moog Realistic MG-1, el Roland SH-101A, el Arturia Minibrute y el Korg MS-20 Mini. Incluso grabé un tema completo solo usando el Mochika, un sinte-secuenciador de fabricación peruana.
A diferencia de los trabajos en los que he participado con Lluvia Ácida, este no gira en torno a una temática definida. Más bien se trató de explorar timbres y ritmos, a ver que salía de mi mente en ese momento. Incluso titulé algunos temas después de grabarlos, para intentar expresar cierta inquietud existencial que se desprendía de ellos. Una inquietud que tiene que ver con la frontera cada vez más difusa entre lo artificial y lo natural. Y con cosas intangibles o muy lejanas pero que igualmente están presentes en la vida en este lugar del mundo.
Mika Martini: Finalmente, ¿crees que los últimos humanos habitarán la Patagonia?
Rafael Cheuquelaf: El título del tema, “Últimos hombres en Patagonia”, que cierra mi disco “Austronáutica” (pn181/2021), es una cita a un libro de Olaf Stapledon llamado “Primeros y últimos hombres”. Allí se habla de una civilización patagónica que surgía después de un gran desastre planetario. Creo que la Patagonia cobrará una importancia cada vez mayor para el futuro de la Humanidad, por sus grandes reservas de agua, sus espacios poco habitados, su cercanía con la Antártica y su lejanía de zonas que podrían volverse inhabitables en un futuro cercano. Ya lo predecía James Lovelock en su libro “La venganza de Gaia”, en que se refiere a este territorio como uno de los santuarios en que la civilización sobrevivirá en caso de un colapso climático. Por lo mismo ya es hace tiempo una zona apetecida por millonarios, que han comprado extensos terrenos con el objetivo de refugiarse en ellos. Pero creo que también habrá un gran proceso migratorio en la zona, al recibir a mucha gente que buscará sustento y seguridad. Ya está sucediendo. La Patagonia ya no es solo un territorio de descendientes de chilotes y europeos, también están llegando desde otros países de Latinoamérica personas que vienen en busca de una nueva vida. Eso no hará más que aumentar, transformando para siempre el componente humano de esta zona. Quién sabe lo que nos depara el futuro lejano.
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TRACK LIST:
01. Austronáutica (06:18)
02. Estación meteorológica (05:50)
03. Antenas en la pampa (05:04)
04. Bajo la Vía Láctea (04:12)
05. Radiación UV (04:54)
06. Microplásticos (04:42)
07. Últimos humanos en Patagonia (05:22)
Tiempo total / total play: 36:22
Entrevista realizada por Mika Martini – Director de Pueblo Nuevo Netlabel.
23 abril 2021
Las opiniones expresadas en esta entrevista son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no necesariamente reflejan los puntos de vista del entrevistador o de Ciudad Sonora.