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julio 28, 2022Sebastián Herrera, poeta y periodista, Co-fundador, junto a Laura Estévez, de la Plataforma Grieta, con la cual desarrolla proyectos como Grieta Mag, Estrategias Oblicuas, Coloquio de Perros y Ladridos, éste último, proyecto que co-realiza junto al sello OtherPeople, dirigido por Nicolás Jaar.
Ha publicado tres libros de poesía (Copia Oculta, Mesa Familiar y Gestos para Olvidar la Costumbre) y ha escrito y presentado dos obras de teatro (En la medida de lo posible y Retiro de Televisores). Hoy, apropósito de “Portal”, su primer lanzamiento en el label Pueblo Nuevo, entrevistamos al habitual entrevistador.
. Entrevista realizada por Mika Martini, director de Pueblo Nuevo Netlabel. Fotos archivo @_juanalaloca.
– Sebastián Herrera –
ENTREVISTA
“Yo quisiera hacer un Libro que trastorne a los hombres, que sea como una puerta abierta y que los conduzca donde ellos no habrían jamás consentido llegar, simplemente una puerta enfrentada a la Realidad“ – Artaud, Antonin. “El Ombligo de los Limbos/El pesa-nervios“ (1925).
¿Cómo llegas a la música y a la electrónica en particular?
Por abulia, primero; curiosidad después. El rock me había cansado. Existían y aún existen algunas excepciones que me hacen volver: Oh Sees, Ty Segall, y cosas por el estilo. Además, de todo lo anterior: el punk, krautrock y el post punk. Sin embargo, me había cansado. Perdí la capacidad de sorpresa con el género. La industria se metió con fuerza no solo en su forma de venta y consumo, sino también en la manera de crear y, más aún, en el modo en que debía sonar. La industria logró que el rock fuera mucho más transparente, higiénico y seguro. Y eso me comenzó a cansar.
En ese momento, apareció Daniel Klauser, a quien venía escuchando sin entender muy bien la movida electrónica. No sabía absolutamente nada, ni en términos de escena, ni de sus formas de construir comunidades, etc., y menos aún entendía el carácter creativo y sonoro. Klauser me prestó un libro sobre la música electrónica; un mapeo general de lo que había ocurrido desde Detroit, pasado por Berlín, Inglaterra, etc. Ahí apareció eso nuevo que buscaba: el techno, el house, la música electrónica experimental; desde Underground Resistance, pasando por Aphex Twin y toda la movida de Warp; el minimal, el techno, en fin, todo ese universo de timbres, sonidos y formas de concebir la música. Un mundo completamente nuevo, que llevaba décadas operando y del que yo no sabía absolutamente nada. Fue realmente gratificante encontrar esa cantidad de información; un nuevo input para entender la música, el quehacer creativo y, por qué no, el mundo.
Ha sido un aprendizaje del que aún no consigo ni el 10% de su totalidad y eso para mí es absolutamente fascinante. Todos los días puedo oír algo completamente diferente. Además, existe un abultado archivo de todo esto: documentales, libros, ensayos, papers académicos, en fin. La electrónica me volvió a conectar, pero de otro modo, con el Jazz, con la figura de Harbie Hancock, Coltrane o Sun Ra; con la música docta, con Satie, Varésse o Glass; el pop, disco, etc.
Lamentablemente, creo que algo similar al rock está ocurriendo con la música electrónica. Cada vez se vuelve más segmentada, específica, llena de normas y reglas que van mecanizando el sonido; cada vez se vuelve más un género y menos una manera de abordar el sonido. Afortunadamente, siempre existen bordes, modos diferentes, extraños y más interesantes a los que echar mano.
¿Cómo combinas la poesía y la música?, ¿cada una tiene su nicho o se complementan de alguna manera?
Creo que no las combino. Simplemente están. Conviven a su manera. Aparecen y desaparecen bajo sus propias lógicas; lógicas que muchas veces, o todas, no logro entender. Pero hasta ahora me gusta ese modo. Te permite pensar las cosas a través de un nuevo ángulo, ¿cómo pensar poéticamente un sonido? O ¿cómo pensar sonoramente lo escrito? La conclusión básica a la que he llegado hoy, es que siempre hay una cadencia, ya sea consciente o no. Es irrenunciable estar siempre a un ritmo: el de la música, literatura, el deporte, el trabajo, la vida. La poesía y la literatura en general se trata básicamente de ritmo. Puntos, comas, espacios y símbolos que van construyendo simetrías a través de palabras.
Eso mismo ocurre a la inversa: el sonido se llena de palabras e imágenes. En mi caso, no pienso en una nota, sino en un color, una forma e intensidad. Así escucho las palabras y así leo el sonido. Me gusta hacer las cosas erróneamente. No digo que esto sea un valor en sí mismo, simplemente es el modo en que conviven estas formas en mí.
De un tiempo a esta parte, apareces ligado a proyectos culturales que han convocado a algunos relevantes exponentes de la música electrónica chilena nacional e internacional, ¿por qué surge esta relación o interés?
No concibo la vida sin hacer. Me gusta hacer cosas. No me gustan las relaciones que no son reciprocas. Dar y recibir. Si escucho algo, quiero también poder responder sonoramente; si leo un libro, quiero dialogar con palabras. Afortunadamente, mi compañera, Laura Estévez, ve las cosas de manera similar. Es una artista que admiro mucho por su entrega y forma de entender y vivir los procesos creativos. Ella es la mitad de todos y cada uno de los proyectos en los que me he involucrado. Todo lo que hacemos es para entendernos nosotros mismos. Grieta Mag es eso; una posibilidad de investigar sobre la música y sociabilizar ese conocimiento. Otro ejemplo, fue el primer Estrategias Oblicuas, que nos ayudó Klauser y que hicimos en pequeño club que se llamaba “Departamento”. Ese encuentro nació porque queríamos entender cómo se había conformado la música electrónica en nuestro país. Invitamos colectivos, músicos, artistas, editoriales, sellos, etc. A hablar y discutir sobre qué estaba ocurriendo a nivel de escena; lo mismo cuando realizamos Coloquio de Perros, invitamos a diferentes actores, de diversas disciplinas a conversar y compartir reflexiones sobre lo que ocurría en ese mismo instante en Chile, durante el Estallido Social; o el trabajo que desarrollamos con el Museo de la Memoria, donde quisimos investigar los discursos políticos que existen en la electrónica; o lo que estamos haciendo con OtherPeople y Nicolás Jaar, el encuentro LADRIDOS, un proyecto que busca construir nuevas formas de convivencia entorno a la música; o lo que comenzamos a hacer hace muy poco con LANDS, que es un experimento, un espacio, pero al mismo tiempo una manera de entender si es posible -o no- que existan nuevas maneras de articular comunidad, lejos de los modos que el neoliberalismo ha impuesto. Sé que suena grandilocuente y que en lo concreto y visible es una reunión de amigos y personas con proyectos que para nosotros son relevantes, pero secretamente, solo entre Laura y yo, existe ese subtexto.
¿Cuál es tu set-up para componer? ¿Vas por lo virtual o lo «presencial»?
Un computador. Y realmente estoy enamorado de que sea de ese modo. No necesito más. Lo que quiero es hacer música y para lo que me alcanza es un computador y un software craqueado.No quiero romantizar la precariedad, solo digo que para mí es suficiente. Quizás en otro momento cambie de opinión. Quién sabe. El computador se ha vuelto algo muy relevante para mí, no solo a nivel creativo, sino también para conformar mi propia ética musical. No necesito más, todo está en ese computador. Ni siquiera es necesario un controlador. Todo está ahí dispuesto para su uso. No tengo que moverme si no quiero. Puedo simplemente bailar mentalmente, sentado, como quién envía un correo electrónico. Es casi un recordatorio para mí: no olvidar que lo más importante es la música y pasarlo bien. Además, no soy un sujeto especialmente performático. Me gusta esa posibilidad de estar ahí, con grandes amplificadores, sonando muy fuerte, disfrutando frente a la pantalla, pero que, en lo expresivo, la respuesta de mi cuerpo sea nula. Es algo muy egoísta, lo sé, pero es lo que me gusta, atesorar ese momento solo para mí. Pero insisto, es mi modo. Es lo entretenido de todo esto. Hay diversidad de formas y maneras de abordar la música. Ninguna concentra en sí la verdad absoluta de nada. Son aproximaciones, azarosas y personales.
¿Qué te impulsó a editar “Portal”?
Lo mismo de siempre: simplemente hacer. Saqué tres discos de unos amigos anteriormente, bajo un sello que inventé con Laura y que se llama FakeSamo, que más que un sello me gustaría pensarlo como una comunidad de lo extraño. Los tres discos son reflejo de un momento específico de cada uno de ellos. El primero, Chapter I, de ScienceBoy, aún recuerdo el día que lo comenzó a hacer. Creo que el proceso duró menos de una semana. Fue una broma a partir de sampleos de capítulos de la serie Friends, algo muy rudimentario, pero al mismo tiempo genuino. El segundo, es Tourette, de El Gli(n)tch; un vecino de la infancia con el que nos volvimos a encontrar años más tarde en una situación muy fortuita. Cuando me contó que estaba haciendo música y me mostró los tracks inmediatamente sentí que era justo lo que me hubiese encantado hacer a mí: construcciones extrañas, pero manteniendo una esencia muy punk, con extractos de canciones de Sonic Youth puestas al revés, encadenadas con la mítica frase “el diablo es magnífico” de Xuxa, samples de partidos de tenis, juegos de videos, errores de Windows, Nintendo, Sega, etc., algo muy lúdico que me interesó por lo simple y poco pretencioso. El tercero es de un amigo de Concepción, Nico Caverna. Aún recuerdo una conversación que tuvimos sobre lo difícil de incluir voces en la música. L45r1 fue su primera aproximación a eso, además de crear texturas interesantes, nada realmente complejo, pero símuy sugestivo. Creo que los tres álbumes tienen en común ese espíritu “Hazlo tú mismo” en el que no importa el conocimiento técnico, sino la intensidad con la que se desarrolló el proceso. Eso es lo queme gusta de estas tres publicaciones: hay puro ímpetu y goce.
Fue eso fue lo que me movió a sacar “Portal”. Siempre he sido un creyente en que hay que hacer las cosas sin cuestionarse. Estaba maravillado con lo que hacían mis amigos y eso me empujó a traducir en un disco todas las horas y horas que estuve sentado frente al computador probando, armando, desarmando y disfrutando de ese juego. “Portal” responde a eso y a algunas cosas más claras: quería hacer un track muy largo, no quería improvisar, quería que todo lo que había aprendido estuviera presente, y quería que tuviera una narrativa. Eso fue lo que intenté hacer en términos muy generales. Cuando terminé se lo entregué a ATOMTM, quien lo mezcló y masterizó. Me entregó algo completamente diferente: estaba todo lo que había hecho, pero esta vez sonaba muy bien (jajaja), así que decidí sacarlo, porque ¿por qué no? Luego, bueno, lo que ya sabes. Estaba enamorado de Pueblo Nuevo, de su ética y sus formas de hacer las cosas. Tener la posibilidad de publicar ahí para mí es un honor.
¿Qué visión tienes del futuro de la creación, del desarrollo de las artes en nuestro país?
No lo sé. Es una pregunta tan grande que, para mí, no es posible de explicar ni responder. Quizás, el futuro de la creación y el desarrollo de las artes seguirá a pesar de todo. Con un a pesar de todo como siempre ha sido y como siempre será: a pesar de las circunstancias, de los contextos, de las coyunturas e hitos que ocurran alrededor. El Estallido Social fue una forma patente y concreta de entender esto. Se imaginó lo imposible. Aunque suena naif, creo profundamente en la creación y en el arte. Me gusta pensar el mundo de ese modo. Entender cómo expresiones artísticas son respuestas inmediatas a las culturas y discursos que tienen frente a ellas.
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TRACK LIST:
01. Portal (25:20)
Tiempo total / total play: 25:20
Agradecimiento: A Laura Estevéz, mi compañera, por ser un canal de amor y creatividad; Fernando Guzzoni, hermano de mil batallas; Mauricio Magnasco, por creer, apoyar y hacer realidad locas e impulsivas ideas; AtomTM, por la dedicación, seriedad, rigurosidad, entusiasmo y cariño con el que siente y vive la música; Fiat 600, por ser el primer músico que conocí y admiré, un amigo que escucha y aconseja; a Mika Martini, por creer en lo más importante: la amistad y la música; René Roco, por mostrarme el impulso de hacer sin descanso; Daniel Klauser, por enseñarme un nuevo universo de sonidos; y Nicolas Jaar, por demostrar que todo es posible. Ellos, una comunidad de afectos, sensibilidades y creatividad, me hicieron tener la certeza que es posible un nuevo modo de vida y de desarrollo en torno al arte.
Compuesto por Sebastián Herrera en Santiago, Chile, octubre de 2021 / Composed by Sebastián Herrera in Santiago, Chile, October 2021.
Todos los samples grabados e interpretados y/o procesados por / All samples recorded and performed and/or processed by Sebastián Herrera.
https://fakesamo.bandcamp.com
https://www.instagram.com/fakesamo_/
Mezclado y masterizado por / Mixed and mastered by AtomTM en / in Santiago, 2021.
Portada por / Cover by Laura Estévez (@_juanalaloca).
Versión en inglés por / English version by Ryan Bodiford.
Entrevista producida por Mika Martini – Director de Pueblo Nuevo Netlabel.
21 junio 2022
Las opiniones expresadas en esta entrevista son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no necesariamente reflejan los puntos de vista del entrevistador o de Ciudad Sonora.